El pasado 08 de marzo del 2021posterior a la marcha en el centro histórico de la capital potosina se realizó una actividad de intervención y reflexión con algunas de las morras que acudieron al llamado.
Esta actividad tuvo el fin de replantear estereotipos de "mujer buena" que vivimos en nuestra cotidianidad, muchas veces sin repensarlos, replantearlos, decidir hacer algo distinto. También nos reconocimos como mujeres libres, como seres con la capacidad de tomar nuestras decisiones sobre qué hacer para ser quiénes sí queremos ser.
Las voces recuperadas fueron las siguientes:
a) Cosas que las mujeres consideradas "buenas" deben hacer para ser aceptadas socialmente:
Obedecer a su hombre. Cocinar o nadie nos va a querer, ver el saber cocinar no como una necesidad para ser adultxs funcionales sino como el hecho que nos autoriza a casarnos: -¡Qué rico te quedó x platillo, ya te puedes casar!
Ser bonitas y delgadas para que no nos dejen. Vestirnos y hablar como señoritas que se respetan, sin decir groserías porque se ve mal en las mujeres, usar maquillaje discreto para no llamar tanto la atención, usar ropa rosita para vernos tiernas y no ropa atrevida como faldas cortas o escotes porque entonces somos putas, queremos llamar la atención y si algo malo nos pasa fue porque lo provocamos por como íbamos vestidas. No podemos usar ciertas prendas porque con nuestros cuerpos no quedan bien. No debemos dejar crecer nuestro vello corporal por más natural que sea. Las damas de verdad no toman ni fuman.
Relajarnos porque calladitas nos vemos más bonitas. No gritar, no llorar, no expresarnos, no mostrar debilidad, ocultar nuestra voces, nuestro enojos, nuestras emociones. Diluirnos pa no incomodar.
Ser madres, tener instinto maternal, ser esposas, ser cuidadoras designadas de hijxs, padrxs, hermanxs sólo por el hecho de ser mujeres.
Los tatuajes no son para morras porque se nos ven mal, o bueno, nos dan permiso, pero dónde no se vea, dónde no incomode, un tatuaje discreto, chiquito.
Nos dijeron -ya te casaste, ya te chingaste, -si él no me hubiera dejado me hubiera matado, o yo a mí misma.
Tenemos que llegar vírgenes al altar sin poder expresar nuestra sexualidad porque es pecado. Nuestro lugar está en la casa. El matrimonio es nuestro único destino posible. Debemos abandonar nuestras metas personales porque primero están las necesidades y deseos de nuestros esposos.
Si algo malo nos pasa es nuestra culpa porque nosotras lo provocamos.
Quiero que mi mamá ya no viva con el abusador de mi papá.
¡Las paredes se limpian, pero nuestra hermanas no regresan!
b) Las mujeres libres que queremos ser hacemos/nos responsabilizamos de:
No necesitamos aprobación, nos liberamos de culpas, nos liberamos del sentir vergüenza de nosotras mismas.
Queremos ser libres, no valientes. Queremos regresar con bien a casa, caminar sin miedo a cualquier hora. ¡No es no! Vamos a decir lo que queremos, hablaremos sin temor, ocuparemos la fuerza de nuestras voces, vamos a ser quienes somos sin que nos repriman. Nos vestiremos como queramos, tendremos soberanía total sobre nuestras cuerpas. Ya no tendremos miedo de expresar lo que sentimos. No buscaremos la aprobación masculina porque no la necesitamos, lo que hacemos ya no es con el fin de complacer a alguien, ni siquiera a los feminismos, haremos lo mejor por nosotras mismas y lo que necesitamos para estar bien.
Queremos ser fuertes y valientes, usar, comer, hablar, pensar y actuar de acuerdo a nuestras propias formas de querer ser. Tomaremos nuestras propias decisiones.
Queremos dejen de silbarnos en la calle, que se deje de ver el acoso como normal.
Trabajaremos y lucharemos por las que vienen detrás.
Él me dijo puta y que le digo: -puta no, putísima, pero a mis tres hijas no les faltó qué comer, hice dobles turnos ganando el salario mínimo para sostener a una familia de la que tu jamás te hiciste cargo. Esto ya no le pasó a mi hija, tiene un hijo y dice que ya no quiere más porque dice que sólo puede dar una buena vida a uno.
Iremos a terapia porque hay que sanar, buscaremos apoyo, ahora ya sabemos que nos tenemos unas a las otras y que no estamos solas, las amigas nos salvan.
Dejaremos de meter machos a espacios diseñados sólo para morras, el separatismo es importante porque nos permite organizarnos, por que la lucha es nuestra, si ellos quieren movilizarse que se organicen, que hagan lo que les toca como cuerpos leídos como hombres, pero que no vengan a nuestros espacios a querer destacar, dar ordenes, a decirnos cómo luchar o a autorizarnos las ideas, de por sí se siguen sintiendo con el derecho de hacerlo.
Creeremos en las historias de abuso de nuestras compañeras, hermanas, hijas, amigas... si nos escuchan dudar de otras mujeres, cómo esperamos que se acerquen a contarnos que les pasó a ellas.
Nosotras elegimos cómo nos vestimos y con quién nos desvestimos. Viviremos nuestra sexualidad sin prejuicios absurdos. Seremos mujeres independientes con más opciones que el único destino posible que era el matrimonio.
Nos responsabilizamos de amar, de seguir caminando, de luchar por lo que amamos junto a las otras. Lo personal es político.
c) Al hacer la actividad experimentamos/nos sentimos:
Nos sentimos libres de expresar lo que sentimos, de cómo soñamos poder vivir en sociedad sin que nadie nos moleste, nos sentimos sin prejuicios, ni críticas, seguras, respaldadas, vimos que cosas tan pequeñas son en realidad tan importantes, hay una emoción muy poderosa por la hermandad, sentimos raro al descubrir que hacemos muchas cosas para caber en la sociedad pero que realmente no es lo que queremos. Nos sentimos libres por expresar lo que sentimos, nunca lo habíamos hecho por miedo al qué dirán.
Nos expresamos demasiado por lo que hemos vivido, por lo que hemos aprendido.
Nos sentimos enojadas, tristes, porque pedimos algo que no debemos pedir, son cosas que ya deberían de haber.
Nos sentimos liberadas, agusto, queremos ser nosotras mismas, sin aprobación de nadie, seremos prohibidas.
Sentimos desahogo de muchas cosas que a veces no podemos expresar y decir en la familia, porque nos obligan demasiado a ser quienes ellxs quieren que seamos.
Esta padre ver y saber que hay otras personas que nos apoyan, que sienten lo mismo.
También sentimos tristeza al ver que somos muchas las que hemos sufrido acoso, amenazas, violaciones, la muerte de compañeras, amigas, hermas.
Es deprimente tener que protestar por algo que tendríamos que tener, da mucha impotencia.
También nos sentimos liberadas de escribir algo que queríamos decir, no traje cartelito y plasmarlo aquí fue liberador, nos trajo paz.
Sentí mucha nostalgia porque la extraño mucho.
Nos sentimos bien, nos dimos cuenta de que tenemos qué hacer algo, que tenemos que hacernos cargo de nosotras mismas de nuestra autonomía y libertad, nadie lo hará por nosotras, y si lo hacen será bajo sus condiciones.
Nos sentimos protegidas, cuidadas por primera vez.
En el primer mapa hasta nos dolió el estómago, sentimos todos los estereotipos que tenemos encima para ser mujeres, en el segundo mapa me tembló el labio, sentía la fuerza para escribir lo que escribí, como que no quería salir y no salió de la forma más bonita, pero salió.
Nos sentimos bien porque eran cosas que traíamos guardadas, no nos habíamos podido explayar.
Hay muchas mujeres violentadas y nadie dice nada por miedo, estas violencias son más comunes de lo que pensamos.
Sentimos el apoyo de todas las mujeres a nuestro alrededor.
Somos la voz de las que aún no tienen la fuerza para salir, por ejemplo yo puse algo de mi mamá, me siento como su voz, siempre estaré para apoyarla.
Agradecimientos
A todas las compañeras gracias por abrir su corazón y compartirnos entre nosotras para romper esos esquemas patriarcales aprendidos, vamos caminando poco a poco, pero vamos juntas, cada vez somos más. ¡Se va a caer! ¡Lo estamos tumbando! ¡Hasta que la dignidad y la justicia se hagan costumbre!
Música que se estuvo reproduciendo durante la actividad:
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